Cristal y Frontera

Ayer me puse a repasar algunas de las cosas que habia escrito hace mucho tiempo y que nunca publiqué. Me encontré con dos poesías que escribí en 1998 cuando todavia no habia despertado.....sin embargo seguramente mi ser espiritual ya estaba trabajando en mi...

Cristal

Una copa de cristal, brilla,
y alrededor, desierto infinito,
solo ella existe
El sol, se posa en sus bordes,
prismas lumínicos refleja.

De repente,
se empaña
¿por qué?
¿debido a qué?
¿quién lo sabrá?

Pero esa extraña circunstancia
no parece culminar,
sino iniciarse
La luz,
en vez de rebotar en la copa,
se estaciona, frena,
permanece dentro,
y se enciende ella misma
Desde afuera no hay acceso,
se ilumina interiormente,
se refleja en sí misma

Vestigios de tiempo circulan,
hasta un instante precioso
Esa radiación,
claridad concentrada al fin,
permeabiliza el cristal,
y éste vuelve a brillar,
pero no reflejando,
sino exhibiendo, su propia luz

Ante esto,
una colisión lumínica,
poderosa, incandescente,
nunca antes vista,
aparece y persiste,
mientras un breve movimiento,
derrite la copa.

El cristal es líquido ahora,
y de esta forma,
se fusiona con el desierto,
se une, a sus pequeñas partículas,
a cada una de ellas,
y participa de ese infinito.


La Frontera

Árboles cúbicos diseñan, esa frontera líquida
entre la mente y el alma,
línea secreta, personal y movediza,
línea que se traslada o se rompe,
son sólo circunstancias
Y se gira, o no, o tan sólo se simula el movimiento.

Cruzás ese abismo blanco,
y entonces comprendés
los espacios en tu mente a cubrir,
esos extraños espacios tal vez, quizás,
hologramas de tu alma, al pasar.

Gota a gota conseguís,
y lo ves claramente,
ir avanzando hacia aquello anhelado,
ensayar explicaciones, de esa fuente,
y así percibir,
aquel sueño visionado.

Movimientos no perceptibles al ser,
cambios desconocidos,
se suceden y se enlazan,
se entrecruzan sin querer
como volátiles y fugaces dimensiones
sobre esa línea que divide,
sobre esa cúbica frontera sensible.

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