Utopía desde mí

Es martes, María se levanta tarde ya que el día anterior fue a visitar a sus padres y regresó después de la 1 de la mañana a su casa. María en general no duerme más de siete u ocho horas, pero ayer durmió más de diez. Se sorprende de haber dormido tanto y se levanta. Ordena apenas un poco la casa y toma un jugo de naranja.

Ella está desempleada, pero por vocación, en realidad se tomó un año sabático para meditar sus cosas, y para lidiar y sufrir una crisis vocacional aún no solucionada del todo.

En estos días está preparando un negocio, está tratando de armar algo de manera de trabajar y ganarse la vida en forma independiente. Sin embargo no todos los días se dedica a esto sino que vive dentro de un estado de ciclotimia continuo, un día se la pasa trabajando muchísimas horas en el proyecto y otros días no tiene ganas de hacer nada. Y en efecto no hace nada.

Este martes es uno de esos días. De repente lee algo, de repente prende la TV para ver algún programa periodístico, algún programa cómico, algún documental o simplemente dar vueltas de zapping por los 79 canales. Y no sale de la casa. Muchas veces ha pasado casi una semana sin salir de su casa, y eso que vive en un departamento de 38 metros cuadrados.

María se está preguntando últimamente a que se debe esta ciclotimia de que algunos días de su vida sean tan productivos en su proyecto personal o en hacer cosas para su casa, y en cambio otros simplemente no hace nada.

María dice también que quiere ser escritora o que le gusta escribir, e interiormente lo desea y cree que lo hace más o menos bien. Pero siempre escribe sobre ella. Imagino que será porque la mayoría de las veces piensa en ella y porque quiere trascender. Ella quiere que todos sepan como ella vivió, como ella sufrió, como ella creció y como ella ve al mundo. A muchos les puede sonar egocéntrico. Y probablemente lo sea un poco, pero cada persona es libre de dejar la huella que le parezca más conveniente.
A María le parece que sus escritos pueden ayudar a muchos a reflejarse en ellos, a otros a no entender de que está hablando, pero fundamentalmente quiere que la gente piense y se desestructure mentalmente.

Siempre dice, en realidad no lo dice, ella siempre piensa, que cuando la gente deje muchas de las estructuras que la limitan, el mundo va a estar mejor. Cuando las personas que dominan el mundo se den cuenta, que lo que tienen y han conseguido no vale nada sino tienen amor, la pobreza y la injusticia se acabará. Y no se refiere al amor hacia la familia que en muchos casos lo tienen e incluso bajo ese justificativo familiar se realizan enormes atrocidades. Se refiere al amor al prójimo en sentido más amplio, al amor por la humanidad.

Ella sabe que no puede cambiar al mundo y reniega incluso de los que dicen que se puede. A veces no se puede. Y eso la mortifica por dentro. Hay personas que se sienten felices y aportan su grano de arena alimentando a algunos chicos, ayudando de otra manera a algunos otros. A ella no le sirve.
Es raro, pero es como ella se siente. Está indignada con el mundo y con sus injusticias y no la llena ayudar a uno, a dos o a tres. Por momentos se rinde. Y por momentos piensa que su manera de ayudar a el mundo todo no es de esa forma sino con pensamientos, con ideas que hagan que muchos otros cambien y abran su mente.

Ella dice que será feliz el día que una persona de poder se dé cuenta que las decisiones que toma muchas veces para mejorar su imagen y/o su empresa y así permitir que su familia esté mejor hace que mucha otra gente sufra en serio, sufra hambre, sufra la pérdida de dignidad, e incluso sufra la muerte.

Si hace cambiar a uno, estará bien, pero apunta a más, quiere cambiar a muchos.

El día en que cada persona piense en ella misma y haga lo que quiera pero sin que ello implique joder a otro, el mundo será distinto. Tanto ella como yo creemos en eso y así vivimos. Pensando y viviendo para nosotros, siempre y cuando no molestemos a otros con nuestras acciones.
Y no me vengan con que siempre hay alguien al que le molesta determinada acción nuestra. No, no estoy de acuerdo.

Vayamos a un ejemplo simple y concreto. ¿Cuántas veces se arma un embotellamiento de tránsito porque algún auto está estacionado en doble fila? El que se estacionó obviamente pensó en él y no pensó en los demás. Para esa persona primero está su necesidad de estacionar y los demás no importan.

Si todos pensáramos en cada una de nuestras acciones no sólo en nosotros sino en los demás, se habrá producido un cambio realmente importante en la sociedad. Si cada persona pensara en el daño a los demás, no se estacionaría en doble fila, no se colaría la gente, no se harían negocios sucios con dinero público, no se tomarían decisiones empresariales que implican el sufrimiento extremo de muchas personas por el sólo de hecho de cumplir objetivos o que la empresa gane más dinero.

Sí, ya sé lo que estás pensando, pero este tipo cree en un mundo ideal.
No, no creo, pero me encantaría creerlo. Usted me dirá que determinado hecho si no lo hace uno, lo hará otro. Y es verdad...excepto que cada uno se comprometa y piense en uno pero también en el otro. Que busque lo mejor para uno pero sin joder a los demás.
Utopía, puede serlo. Pero así vive María. Y así vivo yo. Y estoy seguro que usted también puede. Inténtelo, no es tan difícil.

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