La puerta atraviesa el alma en la luz, inclinándote hacia vos, nada más importa, sólo el espacio, el vacío interior.
Que casual es la alegría, que obnubilada es la tristeza, y las nubes son claras, se mueven, se iluminan, van juntas y separadas, mimándose y alejándose, tocándose pero no para siempre, livianas las lleva el viento, livianas se desplazan, sin carga, en vacío, en ellas.
Generan electricidad en el camino, circulan sin rumbo, pero el rumbo siempre es el correcto. Desaparecen a veces, y vuelven a aparecer. Lo que el viento disponga está bien. No hay estructuras, no hay pensamientos, sólo se dejan llevar.
Así quiero mi vida, liviana, que el viento me lleve donde crea conveniente, no dónde mi mente quiera, sino dónde el destino me lleve. No lo conozco, pero me interesa ser una nube que circula, que conoce, que vuela. No quiero amarrarme a la seguridad, a la estructura, a la sociedad, quiero ser libre, en mi concepto de libre y no en el que la sociedad me vende. Libertad es individualidad, es independencia. Independencia de todo y de todos. Es ser uno mismo.
Si tropiezas con la misma piedra no importa, por algo será. Deja que el viento te lleve, y no tengas miedo de desaparecer en una tormenta, siempre te transformas en algo, nada muere, todo cambia, todo se recicla, todo renace. La nube en agua, el sol en minerales, el agua en alimento. Todo se transforma y nosotros también. Dejemos que la vida nos transforme, nos condimente la existencia, dejémonos en las manos de la naturaleza. Ella siempre está bien. Nunca se equivoca. No dejemos a nuestra mente luchar con ella, entreguémonos a ella. Entreguémonos a la sabiduría, entreguémonos a lo natural. Y no tengamos miedo. La transformación es eterna.
Si incineras la poción de sociedad y circulas como nube en tu ser, podrás vivir como parte de un todo, como un pájaro, una roca o una flor, porque todo es perfecto si te dejas llevar. Y aceptas el camino que aparece. Todo camino es bueno. No pienses en llegar a alguna parte, sólo disfruta el camino. No existe un lugar de llegada.
La vida simplemente es recorrer ese camino y disfrutar de cada paso sin pensar en los que ya di ni en los que daré, simplemente en disfrutar el paso de este instante, de este momento, de este segundo. La felicidad es eso, es vivir disfrutando, aceptando y sin pensar en el pasado ni en el futuro, sólo dejarse llevar y estar alerta y conciente del presente.
Uno en Todo
Uno vive en un barrio, en una ciudad, en un país, en un continente, en un mundo, en un sistema solar, en una galaxia, en un quién sabe qué.
Uno es minúsculo en todo esto, uno es en eso tanto como una bacteria en un organismo, tanto como un insecto en un país, tanto como una hoja en un árbol.
Uno es muy poco. Hay planetas, hay cometas, hay asteroides, hay galaxias. Y además de todo eso, creo que hay otras dimensiones, dimensiones que algunos relacionan con ángeles, otros con fantasmas o quizás con gnomos o algún otro ser especial. Pónganle el nombre que quieran, pero algo hay.
Si yo fuera una bacteria, como vería al mundo?. Mi mundo sería un órgano, un sistema de órganos o alguna otra cosa pequeña (realmente no sé demasiado sobre biología) Ahí terminaría. Entendería que hay algo más o no pero nunca lograría llegar a conocerlo. Creo que lo mismo le pasa al hombre en el universo. Sigue conociendo, sigue investigando pero siempre hay algo más, nunca termina. Todo surge de algo. Todo es causa de algo. Pero el todo no tiene final. Y es tan incompresible…
Te das cuenta que quizás tu simplemente eres un elemento de un planeta, que quizás a su vez es sólo una pelota viviente de algo más grande.
Así como un microorganismo vive en un sistema de órganos dentro de ti, nosotros vivimos dentro de un sistema solar que simplemente es parte de algo más. Y ese algo más es parte de otro algo más.
Todos nosotros vivimos dentro de algo más, dentro de algo que no podemos ni podremos nunca comprender (por lo menos hasta morir). Pero de algo estoy seguro, aunque nos creamos importantes, todos nosotros somos algo muy minúsculo.
Así que vivamos eso, vivamos el ser parte de algo, vivamos el saber que formamos parte de algo más grande. No nos creamos tan importantes porque no lo somos. Somos un engranaje de algo más. Somos sólo una pieza.
Seamos humildes, busquemos disfrutar de eso. De ser parte del todo porque ese todo, creo que es Dios.
Tiempo y Alma
Otra vez el segundero pasa, y pasa, y pasa
La nada trasmite tranquilidad
La nada se parece a la paz
El orgullo se va perdiendo
eso veo, eso espero
El ego se equivoca,
el ego tropieza, siempre
y el Uno real está lejos del ego
y está cerca de Dios
Quieres volver el tiempo atrás?
pero si todavía no entiendes
que el tiempo no existe como tal,
existe como continuo para la mente,
pero no existe para el alma
El alma es atemporal y por lo tanto eterna
El cuerpo es sólo aquel que ve el tiempo
El alma ve directamente la eternidad y a Dios
Los objetivos pierden su objetivo
Hace varios años atrás cuando estudiaba administración de empresas, me enseñaron lo que era el trabajo por objetivos. Me hablaron de los beneficios que traían que una persona no realice una tarea por la propia tarea, sino que las tareas se realicen dentro de un objetivo mayor. Me contaron que esto permitía que las personas conozcan las razones de su trabajo y que los motivaba para realizarlo de una manera más eficiente y eficaz. Y yo, por supuesto, compré la idea, porque el sentido común simplemente me lo indicaba.
Yo creía en los objetivos. Y por supuesto trabajé por objetivos e hice trabajar a mi gente por objetivos...porque creía que era lo mejor.
Los objetivos se extendieron hacia todos los lados, desde arriba hacia abajo y lateralmente en casi todos los ámbitos de la sociedad actual. Y así vivimos, por objetivos.
El problema es que los beneficios de vivir por objetivos se ven a corto alcance, en mi oficina, en mi sector, en mi compañía. Y a esto, aunque les parezca raro, le llamo corto alcance. Porque para ver más allá hay que ver los efectos de esto en la sociedad toda y sobre todo en las personas.
Los objetivos nos están dominando la vida, porque sino se logran se pierde, y si se logran también. Si no se logran se pierde la autoestima, se pierde el orgullo, se pierde dinero, se pierde el empleo. Si se logran depende en como sean logrados se pierde tiempo con la familia, o a la propia familia, se pierde tiempo de esparcimiento, y a veces se pierde la dignidad y/o la honestidad.
Y la pregunta es por qué o para qué yo tengo un objetivo en la empresa. Todos los objetivos caen desde arriba como cascada y esté en el nivel que esté o en el sector que esté, todo objetivo empresarial apunta al origen, ganar más dinero. Y eso no es un problema en sí, pero trae problemas al caer el agua de objetivos.
Los objetivos a lograr son cada vez mayores y deben realizarse en la menor cantidad de tiempo. Y si no se puede lograr el objetivo, es que la persona a cargo no es lo suficientemente inteligente o capacitada para el puesto. Entonces se la reemplaza. Y esto es válido desde abajo hasta el director general de una empresa que también debe cumplir objetivos para que los accionistas no lo sustituyan.
Y ahora estamos llegando a la cuestión. Si todos somos reemplazables y útiles únicamente si cumplimos un objetivo, y a su vez los objetivos son cada vez mayores y más complejos, entonces se produce lo que llamo el “quiebre de la persona”. Es decir que, para poder cumplir los objetivos se debe resignar otras cosas más importantes. Y así se produce la paradoja, se trabaja mucho para poder cumplir los objetivos para que la familia esté bien, pero en muchos casos a su vez se va perdiendo la familia por la misma razón.
Pero creo que lo peor de este quiebre de persona no es el aspecto familiar, sino las situaciones que provocan la pérdida de los valores morales para poder cumplir un determinado objetivo. Y con valores morales, me refiero básicamente a la honestidad y al respeto por los demás.
Se producen situaciones en las cuáles el individuo, como ya mencioné anteriormente, si no logra el objetivo pierde el empleo o pierde dinero para mantener a su familia. Y a veces se está verdaderamente al límite o como comúnmente se dice “entre la espada y la pared”. Entonces quizás se produce el quiebre de persona y se cede ante una situación de mentira, corrupción, engaño, etc. Otro de los pensamientos que una persona toma para permitir ese “quiebre”, es decir que si no lo hace él, otro lo hará, obviamente para cumplir su objetivo.
No juzgo ni justifico esas actitudes. Son situaciones extremas que no he vivido, pude haber tenido una espada, pero no una pared, y entonces de nada sirve juzgar. Simplemente las incluyo en el contexto.
Un contexto en el que los objetivos están por encima de los valores morales y éticos, por encima de la familia, y por encima de cualquier persona. Un contexto que se ha transformado en algo verdaderamente siniestro.
Utopía desde mí
Es martes, María se levanta tarde ya que el día anterior fue a visitar a sus padres y regresó después de la 1 de la mañana a su casa. María en general no duerme más de siete u ocho horas, pero ayer durmió más de diez. Se sorprende de haber dormido tanto y se levanta. Ordena apenas un poco la casa y toma un jugo de naranja.
Ella está desempleada, pero por vocación, en realidad se tomó un año sabático para meditar sus cosas, y para lidiar y sufrir una crisis vocacional aún no solucionada del todo.
En estos días está preparando un negocio, está tratando de armar algo de manera de trabajar y ganarse la vida en forma independiente. Sin embargo no todos los días se dedica a esto sino que vive dentro de un estado de ciclotimia continuo, un día se la pasa trabajando muchísimas horas en el proyecto y otros días no tiene ganas de hacer nada. Y en efecto no hace nada.
Este martes es uno de esos días. De repente lee algo, de repente prende la TV para ver algún programa periodístico, algún programa cómico, algún documental o simplemente dar vueltas de zapping por los 79 canales. Y no sale de la casa. Muchas veces ha pasado casi una semana sin salir de su casa, y eso que vive en un departamento de 38 metros cuadrados.
María se está preguntando últimamente a que se debe esta ciclotimia de que algunos días de su vida sean tan productivos en su proyecto personal o en hacer cosas para su casa, y en cambio otros simplemente no hace nada.
María dice también que quiere ser escritora o que le gusta escribir, e interiormente lo desea y cree que lo hace más o menos bien. Pero siempre escribe sobre ella. Imagino que será porque la mayoría de las veces piensa en ella y porque quiere trascender. Ella quiere que todos sepan como ella vivió, como ella sufrió, como ella creció y como ella ve al mundo. A muchos les puede sonar egocéntrico. Y probablemente lo sea un poco, pero cada persona es libre de dejar la huella que le parezca más conveniente.
A María le parece que sus escritos pueden ayudar a muchos a reflejarse en ellos, a otros a no entender de que está hablando, pero fundamentalmente quiere que la gente piense y se desestructure mentalmente.
Siempre dice, en realidad no lo dice, ella siempre piensa, que cuando la gente deje muchas de las estructuras que la limitan, el mundo va a estar mejor. Cuando las personas que dominan el mundo se den cuenta, que lo que tienen y han conseguido no vale nada sino tienen amor, la pobreza y la injusticia se acabará. Y no se refiere al amor hacia la familia que en muchos casos lo tienen e incluso bajo ese justificativo familiar se realizan enormes atrocidades. Se refiere al amor al prójimo en sentido más amplio, al amor por la humanidad.
Ella sabe que no puede cambiar al mundo y reniega incluso de los que dicen que se puede. A veces no se puede. Y eso la mortifica por dentro. Hay personas que se sienten felices y aportan su grano de arena alimentando a algunos chicos, ayudando de otra manera a algunos otros. A ella no le sirve.
Es raro, pero es como ella se siente. Está indignada con el mundo y con sus injusticias y no la llena ayudar a uno, a dos o a tres. Por momentos se rinde. Y por momentos piensa que su manera de ayudar a el mundo todo no es de esa forma sino con pensamientos, con ideas que hagan que muchos otros cambien y abran su mente.
Ella dice que será feliz el día que una persona de poder se dé cuenta que las decisiones que toma muchas veces para mejorar su imagen y/o su empresa y así permitir que su familia esté mejor hace que mucha otra gente sufra en serio, sufra hambre, sufra la pérdida de dignidad, e incluso sufra la muerte.
Si hace cambiar a uno, estará bien, pero apunta a más, quiere cambiar a muchos.
El día en que cada persona piense en ella misma y haga lo que quiera pero sin que ello implique joder a otro, el mundo será distinto. Tanto ella como yo creemos en eso y así vivimos. Pensando y viviendo para nosotros, siempre y cuando no molestemos a otros con nuestras acciones.
Y no me vengan con que siempre hay alguien al que le molesta determinada acción nuestra. No, no estoy de acuerdo.
Vayamos a un ejemplo simple y concreto. ¿Cuántas veces se arma un embotellamiento de tránsito porque algún auto está estacionado en doble fila? El que se estacionó obviamente pensó en él y no pensó en los demás. Para esa persona primero está su necesidad de estacionar y los demás no importan.
Si todos pensáramos en cada una de nuestras acciones no sólo en nosotros sino en los demás, se habrá producido un cambio realmente importante en la sociedad. Si cada persona pensara en el daño a los demás, no se estacionaría en doble fila, no se colaría la gente, no se harían negocios sucios con dinero público, no se tomarían decisiones empresariales que implican el sufrimiento extremo de muchas personas por el sólo de hecho de cumplir objetivos o que la empresa gane más dinero.
Sí, ya sé lo que estás pensando, pero este tipo cree en un mundo ideal.
No, no creo, pero me encantaría creerlo. Usted me dirá que determinado hecho si no lo hace uno, lo hará otro. Y es verdad...excepto que cada uno se comprometa y piense en uno pero también en el otro. Que busque lo mejor para uno pero sin joder a los demás.
Utopía, puede serlo. Pero así vive María. Y así vivo yo. Y estoy seguro que usted también puede. Inténtelo, no es tan difícil.
Ella está desempleada, pero por vocación, en realidad se tomó un año sabático para meditar sus cosas, y para lidiar y sufrir una crisis vocacional aún no solucionada del todo.
En estos días está preparando un negocio, está tratando de armar algo de manera de trabajar y ganarse la vida en forma independiente. Sin embargo no todos los días se dedica a esto sino que vive dentro de un estado de ciclotimia continuo, un día se la pasa trabajando muchísimas horas en el proyecto y otros días no tiene ganas de hacer nada. Y en efecto no hace nada.
Este martes es uno de esos días. De repente lee algo, de repente prende la TV para ver algún programa periodístico, algún programa cómico, algún documental o simplemente dar vueltas de zapping por los 79 canales. Y no sale de la casa. Muchas veces ha pasado casi una semana sin salir de su casa, y eso que vive en un departamento de 38 metros cuadrados.
María se está preguntando últimamente a que se debe esta ciclotimia de que algunos días de su vida sean tan productivos en su proyecto personal o en hacer cosas para su casa, y en cambio otros simplemente no hace nada.
María dice también que quiere ser escritora o que le gusta escribir, e interiormente lo desea y cree que lo hace más o menos bien. Pero siempre escribe sobre ella. Imagino que será porque la mayoría de las veces piensa en ella y porque quiere trascender. Ella quiere que todos sepan como ella vivió, como ella sufrió, como ella creció y como ella ve al mundo. A muchos les puede sonar egocéntrico. Y probablemente lo sea un poco, pero cada persona es libre de dejar la huella que le parezca más conveniente.
A María le parece que sus escritos pueden ayudar a muchos a reflejarse en ellos, a otros a no entender de que está hablando, pero fundamentalmente quiere que la gente piense y se desestructure mentalmente.
Siempre dice, en realidad no lo dice, ella siempre piensa, que cuando la gente deje muchas de las estructuras que la limitan, el mundo va a estar mejor. Cuando las personas que dominan el mundo se den cuenta, que lo que tienen y han conseguido no vale nada sino tienen amor, la pobreza y la injusticia se acabará. Y no se refiere al amor hacia la familia que en muchos casos lo tienen e incluso bajo ese justificativo familiar se realizan enormes atrocidades. Se refiere al amor al prójimo en sentido más amplio, al amor por la humanidad.
Ella sabe que no puede cambiar al mundo y reniega incluso de los que dicen que se puede. A veces no se puede. Y eso la mortifica por dentro. Hay personas que se sienten felices y aportan su grano de arena alimentando a algunos chicos, ayudando de otra manera a algunos otros. A ella no le sirve.
Es raro, pero es como ella se siente. Está indignada con el mundo y con sus injusticias y no la llena ayudar a uno, a dos o a tres. Por momentos se rinde. Y por momentos piensa que su manera de ayudar a el mundo todo no es de esa forma sino con pensamientos, con ideas que hagan que muchos otros cambien y abran su mente.
Ella dice que será feliz el día que una persona de poder se dé cuenta que las decisiones que toma muchas veces para mejorar su imagen y/o su empresa y así permitir que su familia esté mejor hace que mucha otra gente sufra en serio, sufra hambre, sufra la pérdida de dignidad, e incluso sufra la muerte.
Si hace cambiar a uno, estará bien, pero apunta a más, quiere cambiar a muchos.
El día en que cada persona piense en ella misma y haga lo que quiera pero sin que ello implique joder a otro, el mundo será distinto. Tanto ella como yo creemos en eso y así vivimos. Pensando y viviendo para nosotros, siempre y cuando no molestemos a otros con nuestras acciones.
Y no me vengan con que siempre hay alguien al que le molesta determinada acción nuestra. No, no estoy de acuerdo.
Vayamos a un ejemplo simple y concreto. ¿Cuántas veces se arma un embotellamiento de tránsito porque algún auto está estacionado en doble fila? El que se estacionó obviamente pensó en él y no pensó en los demás. Para esa persona primero está su necesidad de estacionar y los demás no importan.
Si todos pensáramos en cada una de nuestras acciones no sólo en nosotros sino en los demás, se habrá producido un cambio realmente importante en la sociedad. Si cada persona pensara en el daño a los demás, no se estacionaría en doble fila, no se colaría la gente, no se harían negocios sucios con dinero público, no se tomarían decisiones empresariales que implican el sufrimiento extremo de muchas personas por el sólo de hecho de cumplir objetivos o que la empresa gane más dinero.
Sí, ya sé lo que estás pensando, pero este tipo cree en un mundo ideal.
No, no creo, pero me encantaría creerlo. Usted me dirá que determinado hecho si no lo hace uno, lo hará otro. Y es verdad...excepto que cada uno se comprometa y piense en uno pero también en el otro. Que busque lo mejor para uno pero sin joder a los demás.
Utopía, puede serlo. Pero así vive María. Y así vivo yo. Y estoy seguro que usted también puede. Inténtelo, no es tan difícil.
Descubriéndote
¿Tú crees que has elegido?
¿Tú crees que eres libre? ¿realmente libre?
¿Entre qué has elegido?
Al elegir una profesión, una mujer, un lugar. ¿Entre qué has elegido?
Sólo has elegido entre un universo muy limitado. Limitado a tus círculos familiares, sociales, de amigos.
No has conocido lo suficiente como para decir que realmente eres libre al elegir. Es una libertad mentirosa.
Eliges de lo que hay.
Si naciste en una casa pudiente, el ir a la universidad no fue seguramente una elección sino sólo un mandato. Y entre esos mandatos, no hablo sólo de mandatos desde los otros, sino simplemente mandatos internos que casi no nos damos cuenta que tenemos, pero los tenemos.
Hablo de estructuras propias y ajenas.
Hablo de la forma de entender el mundo, hablo de la forma de entendernos a nosotros mismos y a nuestro interior.
Es necesario que cada uno pueda comenzar a percibir su mundo interior.
Es necesario comprenderme, entender cómo funciono, cómo pienso, cómo siento. El porqué pienso lo que pienso, el porqué siento lo que siento. Esa es la búsqueda, la búsqueda de mi ser.
Sólo cuando pueda encontrar y entender a mi ser, podré empezar a ser libre, porque la libertad no viene del afuera sino del adentro.
Sólo mi ser interno me permitirá dilucidar y elegir realmente en forma libre, sin estructuras propias ni ajenas.
Pero ello sólo podrá lograrse si me conozco a mi mismo, si entiendo mis estructuras, y si finalmente las derribo.
Al entender por completo mi ser y al derribar mis estructuras podré ser libre, porque podré ser lo que realmente soy.
Esto no es una jugada simple, implica trabajo interior, implica experiencias, implica a veces luchar contra resistencias del medio, y fundamentalmente implica arriesgar lo que creo que soy y lo que los demás creen que soy, por lo que realmente soy.
Experimentando podrás transformarte. Si sólo te quedas en tu refugio, en tu burbuja social y/o familiar, te pierdes el resto del mundo, te pierdes vivir.
No estoy diciendo que no tengas tu familia, no estoy diciendo que no tengas tus amigos, lo que estoy diciendo es que estés abierto, estés abierto hacia el otro, estés abierto a que el mundo y el destino te den lo que tu necesitas, lo que tu ser y espíritu necesita.
Muchas veces tu mente piensa que no vale la pena arriesgar, otras que es peligroso, otras que las cosas así están dadas y no hay nada que hacer. ¿Y sabes qué? La mente te engaña. La mente te juega juegos porque la mente sólo quiere seguridad, quiere aferrarse a lo que tiene, a lo que piensa e incluso a lo que siente.
¿Pero sabes qué? Tú no eres sólo mente, tú eres un ser, un espíritu y la mente sólo es una parte de ti.
¿Acaso la mente te dice algo cuando llegas a casa y tu hijo viene corriendo a darte un beso? Eso no pasa por la mente, pasa por tu ser ¿Acaso la mente te dice algo cuando pierdes a un ser querido? ¿Acaso la mente te dice algo cuando te das cuenta que has encontrado a tu alma gemela?
No, esas cosas no son de la mente. Por eso te digo, presta atención a tu mente, entiende cómo funciona, pero tú no eres sólo tu mente. Eres mucho más.
La mente tiene que ver con tu ego, es la que siempre te pide más, la que nunca está satisfecha, la quiere ser importante, tener más dinero, ser reconocido ante los demás.
Date cuenta que la mente y el ego siempre quieren más, más de todo. ¿Pero es eso lo que realmente tu quieres?
Cuántas personas hoy en día tienen muchísimo dinero y poder, tanto que no necesitan trabajar ni ellos ni sus hijos, ni sus nietos quizás. Sin embargo luchan día a día para tener más poder, más dinero, más prestigio. Y la pregunta clave es ¿Por qué? o ¿Para qué?.
Y la respuesta es por y para el ego.
Esa es la rueda Sin Fin. Sin Fin porque nunca termina, y Sin Fin porque ya no hay un objetivo detrás de tus acciones. Es simplemente lo que la mente y el ego dispongan.
Y esto no pasa sólo con las personas de mucho dinero y poder. Eso fue sólo un ejemplo.
Esto que les describo les pasa a todos y a cada una de las personas que corren siempre hacia algo más, sin disfrutar de la caminata. Corren y corren, y se pierden ver cómo cada pie avanza unos centímetros. Corren y corren, y se pierden por ejemplo disfrutar de sus hijos, disfrutar de una sonrisa, y también de un llanto, porque ese llanto es también único e irrepetible. Y se da en un instante preciso.
Pero nunca estamos en este instante, siempre nuestra mente nos lleva al futuro para ver que es lo que voy a hacer, o al pasado para ver lo que hice. Pero nunca disfruto cada preciso instante. Nunca estoy en el ahora.
La mayoría de las personas sólo sienten ese instante en muy pocas ocasiones. Quizás al contemplar un hermoso atardecer. Quizás al sentir de noche la brisa y el ruido del mar. Quizás en el momento de llegar a un orgasmo. Quizás en alguna actividad extrema como ski o montañismo, en la cual si no estamos en ese instante la podemos pasar realmente mal. Y quizás en el momento en el cual vemos nacer a un hijo...
¿Y sabes qué? Por ello estos momentos son tan bellos, porque estamos presentes en ese preciso instante. Estamos “presentes”, no estamos ni en el futuro ni en el pasado, estamos “presentes”, y nuestra mente no nos habla.
Para descubrirnos a nosotros mismos es muy importante vivir el “presente” y que no nos afecte, detenga o frene ningún jueguito o estructura de la mente.
Para entendernos y comprendernos es necesario vivir instante a instante sin dejarnos llevar por condicionamientos y estructuras del pasado. El vivir cada instante nos abrirá las puertas del conocer y comprendernos a nosotros mismos.
Y una de las llaves para ello, es la meditación. La meditación nos facilita aquietar la mente y presenciar en silencio la existencia de uno, de los otros y del universo.La meditación nos permite vivir esos momentos sin mente, en los que simplemente somos espíritu. Y a medida que nos desarrollamos, empezamos a tener en la vida diaria más y más momentos meditativos en lo que estamos “presentes”. Y esos momentos me ayudarán a conocerme realmente. Y partir de ello podre´elegir realmente por lo que soy. Podré sentir lo que realmente soy. Podré ser lo que realmente soy.
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